Quiero presentaros a una de esas personas que por suerte, la vida pone en tu camino. Se trata de Yohe Cáceres, grandísima profesional de la fotografía. ¿Sabéis el dicho de “elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día en tu vida”? Pues Yohe lo ha conseguido. Dejó su trabajo para dedicarse a lo que realmente le gusta: la fotografía.
Os dejo la entrevista a Yohe Cáceres.
¿Cuánto hace que te dedicas a la fotografía?
No recuerdo cuándo fue la primera vez que hice una foto con una cámara de las de carrete, tendría unos ocho o diez años. Mi padre era aficionado a la fotografía y me introdujo en este maravilloso arte. En ese momento me enamoré de lo mágico que era poder capturar pedacitos del tiempo. Estudié fotografía, pero profesionalmente me dediqué a otras cosas. La cámara siempre ha sido mi compañera de viaje y de paseos.
¿Por qué decidiste trabajar por tu cuenta?
Me imagino que como la mayoría de emprendedores, no me llenaba el trabajo que estaba realizando. Siempre me quedó la espinita de no haberme dedicado a lo que realmente me apasionaba y en 2013 decidí dejar mi puesto en una gran multinacional, donde llevaba más de dos décadas trabajando y con un buen puesto, para cumplir mi sueño.
Eso sí, antes de lanzarme al ruedo, aunque ya había estudiado fotografía artística hacía muchos años, decidí reciclarme y realicé un máster de fotografía de bodas en EFTI. También estuve colaborando con varios estudios de fotografía dedicados a bodas con los que aprendí un montón.
Cuando me ví preparada para documentar algo irrepetible como es una boda, decidí dar el paso y lanzarme por mi cuenta. Cada uno tenemos una forma de mirar y trabajando para otros estudios es muy difícil ser tú misma, pues te tienes que adaptar a las directrices que te dan. Yo, desde que dejé mi puesto en Telefónica, que era donde trabajaba antes, tenía muy claro que quería montar mi propia marca personal y dejar mi huella en cada reportaje que realizara. Y en ello estoy.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Lo que más me gusta de mi trabajo es ver las caras de emoción de las parejas que me contratan cuando les entrego sus álbumes, y saber que sus hijos guardarán esas fotos como un tesoro cuando ellos falten. Me apasiona pensar que con mi cámara capturo momentos del pasado. Según disparas, lo que guardas en tu cámara no se va a repetir jamás.
¿Qué piensas que diferencia tu trabajo del resto?
La diferencia está en nuestro interior, en el significado que tiene para cada uno de nosotros lo que hacemos y la pasión que ponemos en desempeñarlo. Se puede aprender técnica, comprarte y estudiarte el manual de la mejor cámara del mercado, pero jamás nadie podrá ver el mundo como yo lo veo ni yo podré verlo como lo ven los demás. En cada fotografía que realizamos dejamos una impronta de nuestra personalidad y de nuestros sentimientos.
¿Te diriges a un perfil de novios con un estilo en concreto o crees que tu fotografía se puede adaptar a cualquier tipo de pareja?
Podría realizar reportajes para cualquier tipo de pareja, pero todos buscamos un cliente ideal. El mío son parejas con una sensibilidad especial, que le dan mucha importancia a cada detalle que van a preparar, amantes del arte, la decoración, de la buena mesa y con unas ganas locas de disfrutar de la vida y de la fiesta que van a montar para celebrar su amor. Me gusta decir que fotografío bodas de gente bailonga. Si te fijas en mis reportajes verás que la parte de la fiesta, al final del día, me encanta. Siempre hago un montón de fotos del baile. Será que a mí también me gusta bailar.
¿Qué pasos hay que seguir para contratarte?
Entrar en mi web, comprobar que les gusta mi manera de ver el mundo y rellenar el cuestionario de contacto. También me pueden enviar un mensaje a hola@yohecaceres.com contándome cómo será su boda y cómo les gustaría que fuera su reportaje.
¿Con cuanto tiempo recomiendas reservar tus servicios para el reportaje de boda?
Muchas parejas reservan con año y medio de antelación. La agenda se va llenado. En cuanto tengan clara la fecha, lo ideal es reservar si no se quieren quedar sin reportaje. Nosotros sólo realizamos un reportaje por semana porque nos gusta dedicarnos en exclusividad a la pareja que nos ha contratado y llegar a su boda con muchas ganas y toda nuestra energía.
Hablas en plural, ¿tienes un equipo que te acompaña o trabajas sola?
Pues depende de lo que contraten los novios y del tipo de boda y cantidad de invitados que vayan a acudir a ella. Tengo un socio que realiza vídeo y ambos tenemos un equipo que nos acompaña cuando es necesario. Cuando los novios deciden invitar a más de cien invitados, lo ideal es que seamos dos fotógrafos y dos videógrafos. Si la boda fuese de más de trescientos invitados, deberíamos añadir otro operador de cámara para cada reportaje y así sucesivamente. Los novios que quieran tomas aéreas, las realiza un especialista con permiso para volar un dron. Si la boda es íntima y sólo quieren fotos la suelo hacer yo sola.
¿Hacéis reportajes pre y post boda? ¿Las recomiendas?
Claro que los hacemos. Yo recomiendo la preboda porque es una manera de conocernos y de perder el miedo escénico. Para mí una preboda es algo más que un reportaje de fotos, me lo tomo como una entrevista con fotos. Para realizar un buen reportaje documental cuanto más sepa de la pareja y de su entorno mejor captaremos todo lo que pase el día de su boda. Por ese motivo recomiendo la preboda. La postboda depende de la pareja y/o de cómo se nos dio el día de la boda. Imagínate que llueve a cántaros y no podemos realizar el reportaje de pareja, vestidos de novios, el día que se casan. En ese caso recomendaría hacer una postboda. O que los novios tienen especial interés en realizar el reportaje de pareja, después de la boda, en un sitio concreto. Pero sinceramente no es necesaria en la mayoría de los casos.
¿Cuánto sueles tardar en entregar un reportaje?
En el contrato que firmamos pone seis meses para no pillarme los dedos legalmente, nunca se sabe lo que puede pasarnos, pero lo normal es que entre uno y dos meses tengan todas las fotos editadas. El vídeo suele tardar algo más. El álbum, una vez que eligen las fotos la pareja y dan el visto bueno a la maquetación, se tarda alrededor de tres semanas o un mes. Ahí ya dependemos del laboratorio.
¿Tienes alguna técnica para que se relajen las personas que estás fotografiando y así conseguir esas fotos tan naturales que realizas?
La técnica es invertir mucho tiempo, no miro el reloj cuando estoy haciendo fotos. Ya te he comentado antes que solemos hacer preboda/entrevista. Entre pregunta y pregunta hay fotos de las que a veces ni se enteran. El día de la boda, mi equipo y yo, intentamos ser invisibles y no intervenir en nada. Llega un momento que ni se acuerdan que estamo ahí.
¿Cómo haces para sacar esa luz tan maravillosa?
Para medir bien la luz es para lo que sirve la técnica y la experiencia. Para todo lo demás, la diferencia la marca lo que te mueve por dentro.
¿Tienes alguna fuente inspiradora?
Me inspiro en el cine, en las puestas en escena cuando voy a ver una obra de teatro, en la pintura de los grandes maestros y en la propia naturaleza. Y, por supuesto, tengo fotógrafos que me apasionan y que sin duda me inspiran.
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